INGLATERRA-ESCOCIA: El nacimiento de una rivalidad

            Fue un martes. ¿La fecha? Cinco de marzo de 1870, tres y cuarto de la tarde, hora de Londres. Tras dos semanas esperando a que el terreno de juego estuviese en condiciones no peligrosas para los practicantes, se inició el primer partido internacional de la historia entre Inglaterra y Escocia. El escenario fue The Oval, un campo de cricket en Kennington, Londres.

            El encuentro fue promovido por C.W. Alcott y su compañero del Wanderers FC el portero escocés James Kirkpatrick quien se dedicó a buscar por Londres practicantes de fútbol asociación que tuvieran orígenes escoceses. La principal razón por la que la FIFA no contabiliza este y posteriores partidos como internacionales se debe a que todos los jugadores escoceses residían en la capital inglesa donde además habían nacido la mayoría de ellos. De hecho se cuenta que uno de los futbolístas escoceses que participaría en estos encuentros no tenía más relación con Escocia que el marido de una prima...

   

         Sea como fuere aquella tarde en el óvalo de Kennington se juntaron unos 500 espectadores. Las reglas serían las de la Football Association y los encargados de velar por ellas serían ambos capitanes, los ya citados Walcott y Kirkpatrick. Tras un primer tiempo sin goles éstos decidieron que sería una buena idea que durante el segundo los equipos se cambiaran de campo siendo calificada esta decisión como novedosa por la crónica de la época.
             A la vista de las dificultades para lograr un tanto Walcott ordena a su portero Alfred Thornton que se incorpore al ataque, y en una de las primeras ocasiones disponibles el escocés Robert Crawford, a la sazón jugador de la Harrow School, realiza un disparo de larga distancia que se cuela en la portería contraria cuando restaban 15 minutos para el final. Dicho tiro fue definido como afortunado por el cronista de The Sporting Gazzette, pero lo cierto es que fue en Escocia donde se empezó a repartir a los jugadores en tres líneas de modo que el cambio táctico de Walcott facilitó la realización de una jugada que podríamos considerar ensayada. El empate se reestablecería casi al final por parte de Alfred J. Baker tras una larga carrera con el balón en los pies que traspasó la meta contraria. Fin del partido: 1-1.

            Como dato de interés se puede destacar que al menos en el segundo y el quinto encuentros (y seguramente en todos) el planteamiento táctico de los escoceses fue 1-1-8 y que en el quinto los ingleses saltaron al campo con un 2-2-6.

            Los enfrentamientos posteriores tuvieron siempre como escenario The Oval. En el segundo de ellos se celebró el 19 de noviembre de 1870, cuando la temporada de cricket ya estaba en el descanso invernal. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de los futbolistas de la época eran fundamentalmente jugadores de cricket que empleaban el fútbol como medio de mantenerse en forma durante los meses invernales y por eso estos encuentros se disputarían en fechas acordes. Según se sabe por la crónica del encuentro se reunieron más de 650 espectadores siendo considerada esta asistencia por entonces como un récord. El resultado del partido fue de 1-0 a favor de Inglaterra anotado por el jugador del Wanderers FC Robert Walker cuando ya se habían disputado 78 minutos de encuentro, jugador por cierto que se convirtió en el máximo anotador de estos primeros encuentros con 5 tantos.

            Nuevamente al final del invierno, en este caso el 25 de febrero de 1871 se disputó el tercero de los choques angloescoceses. En este caso fue Escocia la que se adelantó en el marcador en el minuto 20 gracias al gol de la estrella de cricket Charles Nepean, que jugaba en el University of Oxford. La alegría duró poco porque ya en el minuto 30 empataba para los ingleses Robert Walker.

            El cuarto de los choques se produjo el 18 de noviembre de 1871. Una vez más el inefable Robert Walker daba la superioridad a Inglaterra tras anotar dos goles muy rápidamente durante la primera mitad. Escocia pugnó por marcar durante toda la segunda parte  cosa que hizo cuando ya se acercaba el final por medio de Henry Renny-Tailyour uno de los pioneros del fútbol combinativo del Royal Engineers.

            El quinto y último de esta serie de encuentros se disputó el 24 de febrero de 1872 y según los testimonios de la época la cifra de espectadores se aproximó a 1000.  La victoria fue por tercera vez para Inglaterra y en este caso el goleador fue Charles Clegg que militó indistintamente en el Sheffield FC y el Sheffield United y quien al parecer no disfrutó mucho de la experiencia pues calificó a sus compañeros de selección como "un puñado de snobs sureños".

            Al año siguiente se celebraría el que está considerado por la FIFA como el primer encuentro oficial entre selecciones de la historia aunque hay que decir en honor a la verdad que incluso en dicha convocatoria tres de los jugadores escoceses eran londinenses. Esa es otra historia.

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